agosto 22, 2010

Masuto dormía plácidamente 1.2

(Aquel disparate mío fue por el que nos convertimos en fugitivos, pues Masuto y su dragón quedaron ante las autoridades de la ciudad como "mis secuaces" en el rapto de la artista, además de las denuncias de estafa con oro falso y zafiros robados.  ESTE ERA EL FINAL de la PRIMERA PARTE 1.1)
(continuacón) parte 1.2

Masuto dormía plácidamente acurrucado en el compartimiento individual del Y6. Sta permanecía en el balcón mirador, pendiente de memorizar el mapa aéreo nocturno, comparando los poblados por los que pasábamos con la posición de las estrellas. Mis 120 centímetros de estatura me dificultaban disfrutar el vuelo. Digo, para ser kender mi estatura es decente, pero las literas me quedaban asfixiantemente gigantescas, me mareaba columpiada en cada batir de alas. Además tenía tiritón de tripas; los "caramelitos de colores" me causaban doble indigestión (física y mental). Si la nigromante tenía razón ya debían estar por notificar en el ayuntamiento de Valadrin de la orden de aprensión emitida en contra de Masuto, por culpa de los zafiros que iban incrustados entre zanahorias, betarragas, repollos, limones, apios, cebollas, etc. La otra era porque para ocultar los restantes me tragué un puñado de sopetón, así que seguramente los tenía estancados rumbo a la salida anatómica correspondiente, pero el Bifante no estaba equipado con un sector para hacer aquello. Y en la parada del puerto de Acuadion ni asomé la nariz hacia afuera, no fuera a reconocerme alguno de los que había timado.

Conforme a lo convenido con el conductor, tras pilotar al Bifante encarrilado a que se estacionara en las termas de la Montaña Candela (hacia el oeste de lo que el cartógrafo trazó originalmente) abandonó su puesto estrenando mi escoba voladora. Desde la taberna arbórea "El escarabajo ebrio" me la envió de vuelta inmediatamente.

_ Los artefactos embrujados están prohibidos _ me dijo como dato útil al irse.

Era demasiado tarde para saberlo. La bolsa de contención de la Cofradía Menguante estaba repleta de objetos maravillosos que aprendí a usar cuando la meiga del grupo nos fascinaba con las aventuras la abuela de Sta.

Bastaba la pronunciar "aruji" para activarlas y "master" para que se guardaran solitas en la bolsa. Por supuesto había montones de otros comandos por revisar. Me justifiqué espiritualmente auxiliada por una canción compuesta por cierto kender que habitó un laboratorio gnomo.

_ Kiny vas a escamotearla precisamente para descubrir a través de estás claves las artimañas que venzan a la tramposa mochila que esconde a la bola rosada y al dragón. Es un afán científico _ me lo prometí en susurros... y sobándome anticipadamente las nalgas.

Quería ganarle por fin la partida al dragón castigador.

Cierto resplandor proveniente del equipaje me hizo comprender que el recuerdo de mis intensiones estaban siendo pertelados. Apenas pisamos el pasto descargué alimento para la bestia en el cobertizo al que Y6 estaba habituada. Me apresuré a desenvolver a Wawa, tratando que su calzón de hierro no hiciera ruido.

La tensión de Sta era evidente, pues adoptaba actitudes de heroína

El pergamino "Despertar" quemó sus runas en mis dedos, trayendo de vuelta a la realidad a Wawa. Yo confiaba en que sus dulces pestañeos aliviaran mi condena por los bochornosos incidentes en que había incurrido las últimas horas.

Presenté a las dos elfas formalmente, e hicieron amistad instantánea, alianzadas en su raza, su estirpe y no perdonarme tan fácilmente el engaño en que las había incluido. Entonces les mostré el espejo parlanchín (de poder mental) en el que se distinguía a todo color el tremendo jaleo en que rondaba en mi cerebro kender. Principalmente lo de la purga para mi panza y el cómo sería purgar mis culpas. Ellas veían y oían entremezclado mi historial revoltoso con mis pensamientos actuales y dudas sobre el futuro.

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