(relato conjunto generado en un grupo llamado “La Isla
Spankoa” de facebook, con permiso del co-autor Raymond II)
Había una vez una isla llena de arboles escalables y
frondosos, de pozas calentitas con agua termal, de seres misteriosos que
soñaban con aventuras espectaCULARES...
Una noche -en que la mayoría de los habitantes estaban relajaditos en sus
chozas de techo de paja, y unas cuantas parejas compartían las delicias de las
burbujas tibias bajo la luz de la luna- se oyó un maullido largo, prolongado en
el viento, que se repetía una y otra vez retumbando cada vez mas fuerte. Era
como un llamado, muchos miaus respondieron, patitas en estampida pasaban por
sobre los cuerpos de los que estaban acostados, felinos más grandes chapoteaban
en las orillas de las termas. Una revolución de colitas corria y trepaba de
rama en rama.
Se llevó a cabo una reunion nocturna en el centro de la isla y Droo en med
io de todos los peludos amiguitos: les habló en su lengua,
ellos se sonrieron y relamieron los bigotes, el pacto se selló con un ronrroneo
intenso.
La gente escuchó que el ruido había cesado, e inocentemente creyeron que la
noche volveria a la normalidad. Pero ese no era el plan... jijijiji...
Los escurridizos y sagaces complices de Droo incursionaron en todos los
recovecos de las viviendas, robando descaradamente todo instrumento que
sirviera para nalguear.
Los dueños trataban de recuperar sus pertenencias pero los gatos eran muchos,
estaban motivados y sin duda tenian mas destreza que cualquer bipedo medio
adormilado. Para el amanecer habían sido secuestrados más de 80 cepillos, unas
30 paletas de tenis de playa, muchas reglas, correas, zapatillas, cucharas y
variopintas curiosidades que los felinos habian considerado peligrosas para la
epidermis traseril de quien se portara mal.
Droo tenia encendida una gran fogata, y quemaba todo lo que ellos le traian,
dandoles como recompensa pescados de la reserva de los isleños, porque Droo
estaba aburrida de comer sanito y sabía que tendrían que dedicar esfuerzo y
tiempo en pescar en vez de en fabricar nuevo armamento para zurrar culitos
culpables
Entonces, junto con la salida del sol, el aroma a humo y la escencia de pescado
descongelado "perfumó" el ambiente. Muchos gatos felices se retiraban
a sus hogares, sin embargo, los humanos...
(aca cada uno cuenta que hace al darse cuenta de la situación, y yo Droo se
supone que estare haciendo "la danza de la travesura lograda"
alrededor de las llamas que queman las cosas MUAHAHAHAHAAAAA ) =^^=
26
de octubre a la(s) 23:22
Raymond II
(escribió) Estaba yo durmiendo plácidamente, cuando un gran clamor y unos
fuertes toquidos en la puerta de mi choza prefabricada de interés social me
despertaron, me levante a abrir la puerta y enseguida me dijeron –nos han
robado, todos nuestros instrumentos y juguetes han sido sustraídos y
destruidos, algunos tenían generaciones en la familia, los construyeron
nuestros tatarabuelos, exigimos un castigo ejemplar para el culpable, muerte en
el volcán, pero antes que le corten las manos, clamaban los más extremos,
azotes y encierro perpetuo en la mazmorra clamaban los más moderados, calma les
dije, si se trata de un hurto, mejor vallan con la policía, entonces dijeron,
la policía solo cuida los casinos y los turistas ricos, además tú tienes la
obligación moral de ayudarnos, así que resuelve este caso. Se retiraron y me
dejaron solo con el problema, entonces exclame, solo acuden al rey cuando
tienen problemas, pero cuando les va bien, no vienen a verme para compartir su
bienestar, es duro ser rey, pero lo tomare como un reto y saldré exitoso, debo
aclarar que como en toda monarquía constitucional moderna, mi autoridad es
únicamente simbólica, el primer ministro se encarga del gobierno, y en vista de
que la isla es un paraíso fiscal y nadie paga impuestos no me toca nada, así
que tengo que ganarme la vida como el resto de los isleños, afortunadamente hay
muchos cocos, así que no paso hambre, aunque la dieta es un poco monótona,
además no falta el turista que desee tomarse una foto con el rey y me dé una
pequeña compensación, así como el que quiera estar en una cena real, aunque la
tenga que pagar el, resolver estos ocasionales problemas me dificulta un poco
la vida, pero también me quita el tedio, bien, pues por donde empezare mi
investigación, es la primera vez que tendré que realizar un trabajo
detectivesco, tal vez debí leer más libros policiacos en mi juventud, ya se lo
que hare, iré directamente a la agencia central de inteligencia isleña, la que
todo lo sabe, todo lo ve, también es conocida como el “BAR de Manolo”, dicho
esto me arregle, y poniéndome mi sombrero de picos, que en otros lados es
conocido como corona, me dirigí hacia allí. Después de dar un abono a mi cuenta
y disfrutando de un espléndido ron importado de la isla vecina, le pedí a
Manolo que me pusiera al tanto, pues es complicado me dijo, una manada de
felinos movida por un misterioso poder robo todo, lo encontraron destruido en
una hoguera no hay más pistas, es todo un misterio, nadie tiene idea de quien
pudo haber sido, algunos suponen que pudo ser un discípulo de Cesar Millán, el
encantador de perros, quizás fracaso con los perros, pero triunfo con los
gatos, otros suponen que solo pudieron ser extraterrestres los que lo hicieron,
ya que no es posible que un terrícola pueda controlar a los felinos, pero la
mayoría supone que fueron unos turistas, en ese caso no podemos hacerles nada,
solo pedirles que paguen los daños, pero primero hay que encontrarlos, lo que
creo poco probable, pero no pierdes mucho con intentarlo, así pues, después de
haber recibido este alentador parte de inteligencia de Manolo, termine mi ron y
partí hacia el lugar donde estaba la hoguera donde fueron incinerados los
objetos, al arribar me di cuenta de que había una gran cantidad de huellas de
felinos de todos los tamaños, así pues pensé, alguna me ha de llevar a su líder
humano, si es que es humano, si no, pues que el dios volcán me proteja, empecé
a seguir el rastro de huellas, uno me llevo a lo alto de un árbol, cuando me di
cuenta y quise bajar, me resbale y caí en un arbusto espinoso, otro rastro me llevo
al borde de un estanque que estaba muy resbaloso, tropecé y caí al agua, otro
me llevo a un patio donde había un perro bravo que me mordió el pantalón y me
obligo a subir a un árbol hasta que el dueño llego y se lo llevo, tuve varios
otros tropiezos, termine el día con la ropa deshecha, el cuerpo magullado y
mucho cansancio, decidí irme a casa, en el camino de regreso me encontré a
Droo, paseando con su minino mascota, me detuve a charlar y le dije, estoy
investigando quien hurto y destruyo los instrumentos, quien crees que pudo
hacerlo, no tengo idea, me contesto, pero ha de ser muy travieso, si, le dije,
pero esas travesuras se pagan con azotes atados a la palmera mayor, ya vera
cuando lo encuentre, que tenga suerte me dijo, nos despedimos y fui a tomar una
merecida cena y un descanso, mañana será otro día. (continuara) .. Droo, aqui
puedes seguir tu relato para ver como la hago de Sherlock Holmes isleño :)
1
de noviembre a la(s) 23:21
Droo
(escribió) Dro quedó muy inquieta de su encuentro con el rey. Lo de estar
atada y azotada a la palmera mayor le parecía terriblemente aterrador, nada
parecido a lo que había imaginado como respuesta a su provocación a los
habitantes spankers en la tranquila isla... Se puso a investigar lo que decia
la gente. Lo de la palmera era feo, pero aún más espantoso parecía ser el
remedio que sugerian los comentarios de otros isleños, que consideraban un
crimen poco menos que capital la quema de las cosas para spankear, hasta
hablaban de quemar al culpable en el volcan. Además, con pánico en la mente y
las tripas revueltas de miedo se enteró que pensaban algunos en castigos
horribles como amputarle sus manos. Si morir por una travesura era algo casi
insoportable, la idea de que ella y sus amiguitos felinos perdieran las manitas
era simplemente una locura, preferiría estar en la tumba. Por eso no lograba
conciliar el sueño. Y tomó una decisión trascendental: se arriesgó a reunirse
de noche con los lideres gatunos (con los que se comunicaba por maullidos en sus
idiomas) y les explico brevemente que corrian riesgo de ser atacados y perder
sus garritas por un desquiciamiento de los humanos. Les ofreció como escondite
una suite de las que usaban los turistas, que pagaría ella en un lugar seguro
alejado de la gente que quisiera dañarlos, el deposito en línea ya habia sido
hecho con todos los fondos que Dro conservaba para su vejez y por si lograba
estudiar algo de provecho. Algunos accedieron, otros prometieron tener cuidado
pero preferian su libertad. Ella sabiendose a punto de perder la vida, sólo
conservó lo justo para ir a dar a un hospital si es que despues de la
"venganza" de los afectados conservaba el isntinto de supervivencia
en vez de dejarse desangrar falleciendo como era de esperarse según la historia
de las azotainas publicas estilo Inglaterra de Enrrique octavo. A medianoche,
turbada y amargada, con esa calma previa al intento de suicidio, se acercó a la
vivienda del rey y le dejó una carta en la puerta. "Rey
Raymond II :
cuando planié lo de robar las cosas malas que duelen en el trasero cuando nos
portamos mal fue nada más para ver si había más diversión en la isla. Me
parecía que sólo los turistas estaban divirtiendose y crei que una travesura
iba a poner más acción... sin embargo creo que fue un error de criterio
quemarlas ahora que me di cuenta que eran tan valiosas como una vida para los
isleños mas tradicionalistas. No culpen por favor a los felinos, yo los
convenci con pescado porque no me gusta que me obliguen a comer sano, pero
ellos no merecen ningun castigo. Yo aceptare toda la responsabilidad, y el
juicio que corresponda antes de mi condena. Siento tampoco es justo que el rey
de nosotros tenga que hacer trabajos indignos de su cargo y honor (como un
policia sin paga ni placa ni arma ni refuerzos), por eso le pido si es posible
que vaya con un grupito a detenerme en la mañana. Y por si me he arrepentido y
me vuelvo cobarde, lleven cuerdas. Tomare leche tibia para tratar de descanzar
antes de que llegue mi hora final. Siento haberle mentido cuando me preguntó
antes, a veces mi conducta es tan infantil que nadie creería que casi tengo 40.
En fin, ya veo que no llegare a los treintainueve. Un respetuoso saludo
reverencial por escrito, ya que en persona posiblemente me rebele a lo que
estoy ahora diciendo en la carta. Dejo mi huella entintada para que no se dude
que he escrito aparte de mi firma y mi dirección. atentamente a usted, con mis
sinceras disculpas. Dro". Cabisbaja, arrastrando los pies, dio la vuelta
en la oscuridad y empezó a caminar lentamente hacia su casa.
4
de noviembre a la(s) 0:17
Raymond II (escribió)
Al despertarme por la mañana encontré la carta de Droo, después de leerla y
tomar el desayuno me dirigí a su choza para tener una retroalimentación
positiva con ella (regaño y castigo), llegue y toque, cuando me abrió le dije
lo siguiente:
No me digas una solo palabra Droo, he leído tu carta, estoy asombrado,
como fuiste capaz de hacer eso, el asombro no es por la travesura eso es normal
en ti, pero dominar a los felinos, eso sí que es difícil de creer, pero estas
de acuerdo que lo que hiciste es una mala acción, aquí y en todas partes, el
robo es malo en cualquier lugar, y no se diga el daño en propiedad ajena, si
solo no hubieras destruido los instrumentos, habría pasado por una broma,
estaríamos riendo ahora, unas palmaditas y un rato en el rincón y todo
solucionado, pero la cosa es grave, tienes un punto a tu favor, tu confesión
voluntaria y sin que hayamos tenido que torturarte habla a tu favor, claro,
habrá quienes de todos te quieran torturar, solo para no perder la costumbre,
pero yo me opondré ya que has sido muy valiente, me agrada tu actitud, mereces
clemencia, abogare por ti y te perdonaran, te salvaras de ser atada a la
palmera y azotada, pero no de estar sobre mis rodillas, voy a considerar tu
falta como la de una niña traviesa, obtendrás el perdón, pero tendrás que
cumplir la penitencia, veamos, que dice la regla para las niñas traviesas, treinta
azotes por cada diez años de edad o fracción, te tocan ciento veinte, los
recibirás en dos sesiones, la primera será de veinte te los daré con la mano
sobre mis rodillas, para que tu trasero quede caliente, y los cien restantes te
los dará una persona de tu confianza, un amigo o amiga, alguien que se interese
por tu bienestar y corrección, que le agrade que seas una persona de provecho,
usara el instrumento o instrumentos apropiados a la falta, puede que tengas
dificultad en encontrar algo, ya que causaste una gran destrucción, pero
siempre hay ramas de árbol que se pueden cortar y limpiar, pedazos de madera y
cuero abandonados, tal vez alguien conserve su cinturón, debo enfatizar que de
lo apropiado de este castigo dependerá el perdón de los isleños, después de
terminado deberás escribir un detallado relato del mismo para que se publique
en la gaceta de la isla, además iras todos los días con el carpintero para
ayudarle a fabricar instrumentos hasta reponer los destruidos, tu castigo lo
recibirás en la plaza por la tarde, dentro de tres días, preséntate con una
falda corta y sin bragas, nadie ira por ti, es importante para tu perdón que te
presentes voluntariamente, está de más decirte que si no lo haces así, el
castigo será más severo, además de que te retiraremos la palabra y marginaremos
para siempre, empieza pues a buscar los medios para cumplir tu penitencia, así
podremos terminar este negro capítulo de la historia isleña.
Después de haber dicho esto a Droo, me dirigí a la plaza a hablar con los demás,
la mayoría estuvieron de acuerdo con mi decisión, así organizamos un comité
para construir un templete para que todos pudieran observar el castigo,
pondríamos una silla, así podría ser sobre las rodillas como me tocaría a mí, y
una mesa que podría usar el spanker de Droo, si lo creía conveniente, cuando
todo estuvo dispuesto, nos retiramos hasta el día del castigo.
(Aquí continuas con lo que sentiste durante el regaño y la descripción de tu
castigo para publicar en la gaceta de la isla)
8
de noviembre a la(s) 22:29 ·
Escrito en el diario de vida de Droo : 17-11-2012
Cuando el rey me contó que no iban a matarme de la forma
atroz para la que me había estado preparando, (y por ende no iban tomar
venganza de mis amigos gatitos) sentí un gran alivio. Respiré con el pecho
relajado y la mente libre de pánico, al mismo tiempo que me cosquilleaban los
glúteos y tragaba saliva.
Su regaño me avergonzaba, pero tenía razón. Yo me había
comportado de muy mala manera y merecía el castigo que me dieran, además… era
precisamente del tipo que se necesitaba para ser perdonada (y aprender a
perdonarme a mi misma). Al fin y al cabo había hecho una chiquillada y como tal
correspondía que me tratasen.
Las 20 palmadas a poto pelado, en público, van a ser
humillantes; supongo que no tan dolorosas a pesar de no conocer la mano de
nuestro Rey. Mi travesura fue orientada a provocar una zurra, y tener el honor
de recibirla del líder de la isla casi parece un premio. Ojala que después me
conceda servir a la comunidad para compensarle haberme salvado la vida, capaz
si tengo un trabajo me entretendré menos en portarme como una niña.
Lo de trabajar con el carpintero me esta siendo un gran
esfuerzo, mis manos se astillan y me la paso con sueños en que las nuevas armas
son estrenadas próximamente, en mi trasero desnudo. A veces me quedo metida en
las sábanas hasta tarde y llego atrasada a cumplir con mis deberes, él me mira
fijo y apunta en una libretita roja con gesto ceñudo. Temo que tendré que
encontrar el modo de justificarme para evitar que el asunto concluya con mis
pompas rojas sirviendo de muñeca de pruebas para paletas o reglas o algo peor, creo
que vi retazos de cuero en el taller.
Al día siguiente de hablar con el rey, fui al hotel a
contarle a los felinos las buenas nuevas. La mayoría se alegró, salvo unas
cuantas mamitas embarazadas que me explicaron que se habían arreglado para dar
a luz ahí y conservar a la familia gatuna con una situación privilegiada. No
tuve corazón para recular mis propósitos o recuperar mi dinero, era lo menos
que podía hacer por ellos luego de arriesgarlos a tanto.
Con un gran poder viene una gran responsabilidad dice el
Hombre Araña ¿ por qué diablos usé mi comunicación a maullidos para meterlos a
ellos y a mi en líos ?. Ahora no tengo fondos para llegar a anciana, a penas
unos cuantos pesos para pasar el resto del año. Tras el castigo tengo qué
buscar en que laborar.
Sin embargo, aunque me quedé tranquila la primera semana,
tuve que recordar que la penitencia incluía 100 azotes más y la participación
de otra persona ¡ de mi confianza ! . Significaba para mi acercarme a cierto
spanker, uno que ya me conociera, confesarle mi culpa y solicitarle que me
pegará delante de todos en la isla.
Desde el primer momento supe que eso se me iba a dificultar,
no dudaba que previa la fecha de subir al escenario preparado me llevaría de su
parte alguna clase de escarmiento por mi reincidencia en esta clase de
diabluras.
Así sucedió hace poquito y por eso es que recién “me siento”
a escribir aquí en mi diario. No puedo quejarme, tenía bastantes deudas con él
y me indultó varias indisciplinas pasadas. Todavía no sé qué más me hará …
GULP!
(es un avance, falta lo del spanker que se decida … y de ahí
escribiré lo del castigo recibido. Por mientras si quieren escriben lo de la
construcción, o lo que hace el carpintero o alguna otra línea de acción. Sorry
por la demora)
17
de noviembre a la(s) 23:33
Raymond II (escribió) Como Droo se tarda un poco en continuar su
relato, deseo poner un comentario, se menciona al spanker y spankees, pero
alguna vez se menciona a el espectador, puede que la mayoría de los castigos
sean en privado, pero cabe la posibilidad de que alguna vez se invite a alguien
a que asista como espectador, sé que en algunas fiestas y reuniones se dan
castigos en público, pero quizás no sean tan severos como los privados, sin
embargo pienso que sería un gran honor el ser invitado a uno privado como
mirón, las expectativas previas serían muy emocionantes, como aplica esto a
este relato, pues que también es emocionante esperar el castigo de Droo, claro
aquí es público, pero sería interesante que en la vida real el spanker de Droo
lo aplicara y tuviera la posibilidad de verlo, así pues, que están comentando
los isleños en el día previo, me imagino lo siguiente:
Estamos reunidos en la agencia central de inteligencia isleña, el Bar de
Manolo, degustando un buen ron y charlando, -Bueno Rey, se acerca la hora del
castigo de Droo, crees que hulla o que se presente me preguntaron. Les
conteste, estoy seguro de que vendrá, no creo que quiera que la marginemos, sé
que el castigo más severo no la atemoriza tanto como eso, pero, me imagino que
su spanker será severo con ella, todavía no lo conozco, pero me han dado
referencias de que es un buen corrector, quizás hasta tenga algún instrumento
escondido que no fue destruido, solo puedo especular, espero que sí dijo otro,
mi cepillo de pelo tenía en la familia desde mi tatarabuelo, lo extraño mucho,
espero que use una tira de cuero duro, de las que dejan una buena marca, pues
yo opino que debe usar una vara gruesa, después de eso, no le quedaran ganas de
ser traviesa otra vez, si, dije yo, me gustaría que con el castigo se
corrigiera, pero ya saben cómo es, se porta bien por un tiempo y luego vuelve a
las andadas, pero en realidad, a todos nos gusta que sea así, si se portara
bien siempre, la isla sería un lugar muy monótono, lo que a mí me agrada, digo
otro de los parroquianos, es que el castigo sea público, así podremos
contemplar su trasero rojo y estar seguros de que pago su falta, me dolió mucho
perder mi regla, además de instrumento de castigo la usaba para mi trabajo, me
costó conseguir otra, además de atrasarme en mi labor, espero que su trasero le
duela igual, así se fueron suscitando más comentarios del mismo tono, todos
estábamos interesados en ver como pagaba Droo sus culpas, y nos comía la
curiosidad, lo bueno es que ya falta poco, hay que tener paciencia, diciendo
esto brindamos por última vez y nos retiramos.
Droo escribió : (30-11-12) Querido Diario : estas semanas ha
sido difícil poder concentrarme en escribir. Dediqué casi todos mis ratos
libres en masajes con cremita y ejercicios nalgares … después de la sorpresiva
visita de “el Koala” al taller del carpintero. El spanker que me indultó las
indisciplinas del pasado, no perdonó ni una sola de las faltas que estaban
apuntadas en la libretita del artesano. Ni corto ni perezoso le dio uso a
paletas, cepillos, reglas, y hasta ayudó a diseñar algun flogger, tawse y un
temible látigo, que obviamente se estrenaron en mi. Tuve que esforzarme por
tener conducta ejemplar desde entonces y aunque me he demorado en hacer cada cosa
bien, ya lo estoy logrando en la cuenta regresiva mientras veo como progresa la
construcción del templete en que me tocará estar a culito descubierto.
Y es que ya queda poco para el día en que subiré al
escenario, luego a las rodillas del rey. ¡Que nervios! Menos mal mis pompis ya
han recuperado un color rosa decentito y tengo preparada una falda estilo
polinesico tejida de flores. Debería ser cortita pero prefiero tapar mis
vergüenzas delanteras, si total las traseras van a quedar igual expuestas… por
último el rey hace de jardinero y poda algunas para que quede la prenda a la
altura correspondiente. Gulp! Tengo un sustito metido en la panza que es entre
beneficioso y desagradable, entre merecido y morboso.
Sin embargo, tengo un cierto orgullo de saber que mis
palabras serán publicadas en la gaceta de la isla. Aunque sea relatando cómo me
llegó el castigo. Puedo adelantarme a pensar en los 100 repartidos en 30 del
flogger creado conjuntamente con el carpintero, 30 de la fusta que le gustó
tantisimo aplicarme y que se salvó del robo y la quema, 30 con la palmeta
rectangular con agujeros que estuve puliendo con lija y 10 sorpresa … que me
temo le pregunte al público sus preferencias.
En fin, mejor sigo practicando para tener glúteos olímpicos,
resistentes y mostrables ;)
3y 4 de diciembre de 2012 escrito por Droo
Relato del Castigo Público de la penitenciada Droo para
la Gaceta de la Isla Spankoa.
En determinación judicial monarquica por el robo y
destrucción de los instrumentos spankos personales e históricos de la población,
sentenciada a: 20 nalgadas a mano en las rodillas del Rey Raymond II y 100
azotes del spanker de su confianza Endimion
Al dar por terminado mi trabajo forzado con el carpintero
para re-hacer el acervo azotófilo de la isla, fue fijada la fecha y hora de la
ejecución de la zurra que sabía me merecí con creces. Ese día fui escoltada por
Endimion quien tras saludar a su majestad, se acomodó a la izquierda en el
escenario para esperar su turno en zurrarme. Cuando llegué a lo alto templete construído
con tal propósito, me di cuenta que la multitud miraba alternativamente mi
rostro y los instrumentos exhibidos, pues incluso había un arcón desde el que
se repartirían reposiciones a los afectados con mi crimen. Iba vestida con una
falda de flores tejidas entre si, que me llegaba a la rodilla. El Rey señaló
que el largo de mi ropa no era el que había mandado y a lo que el spanker
respondió declarando que eso agravaba la falta, razón por la cual pedía se le
permitiera incrementar la pena al finalizar lo ya previsto. Luego sacó de su
mochila una tijera e invitó al soberano a hacer el recorte pertinente a la
prenda, comprobandose así que yo había al menos cumplido en lo de no llevar
ropa interior. El Rey accedió al petitorio, a condición de que la sanción fuese
aplicada sólo en mis nalgas descubiertas. El público daba voces ora de burla
ora sugiriendo el uso de un determinado elemento - no era un momento solemne
como yo había imaginado - pero la sonrisa del spanker y la amabilidad que tuvo
nuestro líder al salvarme la vida me daban el valor necesario para aceptar sin
rebeldías la purga por venir.
Un arlequín puso en el centro una silla ornamentada como
trono, en la que el rey se dispuso a dar curso al OTK; palmeándose los muslos
me dio la señal de asumir mi posición. Me recosté con cierta vergüenza dado que
percibía las caras de entusiasmo al contemplar lo no tan blanco de mi atrasito.
Una mano firme y viril se posó en mi cintura, la otra eliminó el resto de las
flores posteriores, dejandome sin opción de cubrir mi futura rojez.
¿Preparada Droo? – preguntó el rey
Sipi, … digo, si señor – respondí tragando saliva
Entonces su palma derecha se estrelló en mi gluteo izquierdo
(a intervalos de 3 segundos) por 10 veces. Sentí latir la zona afectada, inhale
y exhalé justo a tiempo para la segunda andanada, ahora en el lado derecho. Ni
siquiera alcanzé a patalear, el susto y la rapidez me quitaron el aliento.
- ¡ No los contó ! – reclamó un fulano de la concurrencia
- Debes dar las gracias también, después de cada una de las
nalgadas, traviesa – me recordó paternalmente el rey – solamente será válido
este procedimiento si llegas hasta el 20 enumerando los golpes que recibes y si
no te cubres, sino empezaré de nuevo desde el inicio.
Aguanté 17 potentes y veloces palmazos del mismo modo, pero
pronunciando “uno gracias por esta lección a usted mi rey y perdón al pueblo de
la isla”, “dos gracias por esta lección
a usted mi rey y perdón al pueblo de la isla”, “tres gracias por esta lección a
usted mi rey y perdón al pueblo de la isla” … etcétera. Desgraciadamente en el
18 casi instintivamente me tapé y por eso me gané la tercera ronda, con las
muñecas sujetas en mi coxis y gritando claramente tanto la frase como la cifra.
Se me prohibió sobarme, aunque los dedos de nuestro monarca
pasaron aceite de coco de palmera en mi ardido culo. No supe si él estaba
enterado que aquello me haría aún más dolorosa la continuación, la paliza de
100 otorgada por Endimion, que ya me había instruido acerca de cómo colocarme:
panza en la mesa, piernas abiertas, brazos afirmados bajo mis pechos, y
evidentemente declamar cada número.
Primero fueron los 30 de palmeta, por la pantalla gigante
pude comprobar que mi salva sea la parte se pintaba de rojo con pedazos
circulares más claros, que representaban los agujeros de la paleta de madera.
Imposible evitar chillar y recoger las piernas, manteniendo eso si mi
ubicación. De ahí con precisión milimétrica emparejó el tono de mi piel con la
fusta, repasando cada espacio faltante durante los 30 fustazos que me mordían
la carne junto a la raja. Los treinta del flogger los presentó como un
espectáculo de destreza, enarbolando las tiras de cuero y chasquéandola en el
aire, generando asi una ola de aplausos entre los asistentes, tuvo tanto éxito
que mis apagados quejidos no se oyeron, a pesar de que el fino oído de él se
aseguró de que yo completara las debidas palabras aún entre ayyes y auches.
- En los últimos 10 utilizaré la tecnología – anunció
Endimion doblando sus audifonos de celular por la mitad – y en los que Droo
tiene pendientes por pasarse de lista con ropa a su regalado gusto, quiero que
todos participen votando por sus “favoritos” – agregó señalando el baúl, desde
el que un par de asistentes distribuyeron ordenadamente mucho de lo fabricado
en el taller.
Los azotes con cable me parecieron fuego arrasando
horizontalmente mi epidermis.
Hubo una pausa, me acomodaron arrodillada en la silla con
los codos en el respaldo. La música inundó el lugar, a modo de ambientación de
fondo, para la lectura del conteo del plesbicito que condenó mis hemisferios redondos
a una lluvia de varazos, cepillazos y correazos.
No hay obligación de que digas ni una palabra, spankee mal portada – me advirtió el spanker
– te voy a pegar durante toda una canción, llora si quieres pero nada te
salvará
Yo no lloro – repliqué con un poquitito de orgulló – y me
sometí a la azotaina
Endimion fue
intercalando la correa, la vara de abedul y el cepillo ovalado. El calor, el
picor, la sensación de machucado crecían y crecían, se me hizo eterno el tema
en japones que se escuchaba por los parlantes. Por poco me caigo de tanto
apretujarme y balancearme con los impactos en mi. Cuando sobrevino el silencio
respiré, feliz, agitada y tal vez excitada, más que nada contenta de que creía
ya había acabado el suplicio. Sin embargo, mi spanker de confianza tenía
preparada una sorpresa.
Señor Raymond II, Rey de la Isla Spankoa. La comunidad me
informó que usted perdío en el crimen cometido por esta señorita, su regla de
trabajo. Le he traido una especial, desde el continente, que esta recubierta de
una pelicula anti-inflamable y cuyo material base es madera de ciruelo verde,
una de las mejores cepas para spankear chicas de pésima conducta como Droo aquí
presente. En compensa por las molestias causadas por mi ex pupila, a quien
pensé haber logrado domesticar a base de severidad, mi país les regala 30
ciruelos en fase árbol jóven, para ser plantados y utilizados en lo que su
majestad disponga. Por favor, haganos el honor de estrenar su nueva regla en el
poto de Droo, quien lo ofrendará gustoza y obedientemente agachada ante usted.
Disciplinada y reconociendo el mérito de lo que me
ordenaban, apoyé mi cabeza en el suelo frente al rey, quien me atizó no se
cuantos reglazos en medio de una ovación popular.
La jornada concluyó con un refrigerio en el Bar de Manolo
donde brindaron a la salud del rey y fueron perdonándome entre risas, al notar
que ellos podía estar sentaditos y yo seguía de pie con mi colorado posterior a
la vista de quien quisiera fotografiarlo, supuestamente por un concurso en este
periódico. Endimion tomó su avión esa misma noche.
Yo tardé en escribir la experiencia vivida, porque quería
ser sincera con los isleños.
Droo
rams de M